
Una propuesta del senador norteamericano Marco Rubio está sacudiendo el tablero energético de la región. Estados Unidos quiere comprar el excedente de energía que Paraguay genera en la represa de Itaipú, y usarlo para proyectos de inteligencia artificial (IA). Esto no solo puede traer oportunidades para el país, sino que también complica las negociaciones que Paraguay viene llevando con Brasil para actualizar el Anexo C del Tratado de Itaipú.
Desde hace décadas, Paraguay solo usa una parte de la energía que le corresponde de Itaipú. El resto se lo vende a Brasil, pero a un precio bajo, por un acuerdo que ya venció en 2023. Desde entonces, los dos países están tratando de renegociar cómo se va a manejar esa energía.
Pero en medio de estas conversaciones, apareció el interés de Estados Unidos. El senador Rubio dijo que su país necesita mucha energía limpia para desarrollar centros de datos y sistemas de inteligencia artificial, y que Paraguay tiene justo lo que se necesita: mucha energía hidroeléctrica, barata y disponible.
¿Qué dijo un experto brasileño?
Luiz Eduardo Barata, que fue director del sistema eléctrico de Brasil, reconoció que esta propuesta favorece a Paraguay. En sus palabras:
«Tiene sentido la estrategia de Estados Unidos, es posible instalar plantas en Paraguay para usar esa energía. Sin dudas, esto va a dificultar la negociación entre Brasil y Paraguay. Paraguay no tenía muchas cartas, y ahora pasa a tenerlas».
En resumen: Paraguay tiene más opciones, y eso lo pone en una mejor posición para negociar.
Si se concreta esta idea, Paraguay podría dejar de depender tanto de Brasil para vender su energía y abrirse a otros mercados. Incluso, podrían instalarse en el país centros tecnológicos, lo que generaría empleos, inversión y un avance importante en el área de ciencia y tecnología.
Además, sería la primera vez que Paraguay tiene poder real de decisión sobre cómo usar su energía. No se trata solo de venderla, sino de usarla estratégicamente para crecer.
¿Y qué puede salir mal?
Pero también hay riesgos. Esta propuesta puede molestar a Brasil, que siempre tuvo cierta ventaja en la relación con Paraguay. Si se enfría la relación, podrían complicarse otros acuerdos. Además, hay que tener cuidado de no depender de otro país poderoso, como EE.UU., sin garantías claras de beneficio mutuo.