Gilberto Báez, un anciano con cáncer de huesos, se encuentra desde las 13:00 horas de este lunes esperando atención médica en el hospital del Instituto de Previsión Social (IPS) de Ciudad del Este. A las 18:30 horas, seguía sin recibir asistencia, mientras los médicos se justifican alegando estar en cirugía.
La desidia institucional es evidente. A pesar de su delicada condición, Báez permanece sentado junto a su esposa, sin haber almorzado, sometido a la espera interminable que parece ser la norma en el IPS. Este no es un caso aislado, sino un reflejo de un sistema colapsado, incapaz de brindar atención oportuna a quienes más lo necesitan.
El argumento de “ocupación en cirugías” evidencia una evidente falta de gestión y planificación ¿Cómo es posible que un paciente oncológico deba esperar horas sin siquiera recibir una evaluación inicial?
La situación de Gilberto Báez es un llamado urgente a las autoridades, que parecen más enfocadas en justificar fallas que en ofrecer soluciones. La espera interminable no solo vulnera derechos básicos, sino que expone a los pacientes a riesgos innecesarios, en un sistema que, lejos de protegerlos, los abandona.



