El presidente Santiago Peña participó de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. En su tercera intervención ante este foro, reafirmó el liderazgo del Paraguay en la defensa de la democracia, condenó la violencia política y pidió una reforma profunda de los mecanismos multilaterales.
Peña advirtió sobre el avance del extremismo y los atentados políticos en la región. Señaló que no son hechos aislados, sino patrones que erosionan la confianza ciudadana. Rechazó el autoritarismo y subrayó: «no al odio, no a la violencia, no al autoritarismo».
El mandatario alertó sobre la degradación de derechos en Venezuela y Nicaragua, y sostuvo que la respuesta a las restricciones no es la censura ni la represión, sino más democracia, más tolerancia y más derechos.
En otro tramo, el jefe de Estado señaló la fragilidad de las cadenas globales de suministro y advirtió sobre modelos económicos que, según dijo, «llegan con autoritarismo, vigilancia masiva y erosión de libertades». Agregó que aceptar inversiones que comprometen la soberanía «hipoteca no solo la economía, sino también la democracia».
Peña reiteró el derecho de Israel a defenderse, al tiempo de pedir una salida humanitaria en Palestina con alto el fuego, liberación de rehenes y diálogo efectivo. También defendió la inclusión de Taiwán en el sistema multilateral: «Taiwán merece un lugar en este foro. Es una cuestión de estricta justicia».
El presidente presentó a Paraguay como potencia media con autoridad para construir consensos. Resaltó las aspiraciones del país de integrar la Comisión de Consolidación de la Paz en 2026 y el Consejo de Seguridad en el periodo 2028–2029. Planteó eliminar el veto en el Consejo de Seguridad y pidió mayor representatividad y eficiencia en los procesos.
Un mensaje de esperanza
Peña cerró su intervención convocando a la defensa de valores compartidos y a la acción colectiva. Afirmó que «la democracia debe demostrar que puede cumplir: generar prosperidad, asegurar justicia y ofrecer esperanza». Concluyó que Paraguay está listo para ser parte de la solución y proyectó al país como un actor confiable en el escenario internacional.