Las intensas lluvias del fin de semana pasado en el sur de Brasil provocaron el aumento de los caudales de los ríos que alimentan al Paraná y del río Iguazú, generando un incremento en los niveles del río Paraná. Desde la represa de Itaipu informaron que, a pesar de la crecida, la situación está bajo control y no hay necesidad de abrir las compuertas del vertedero, ya que el embalse tiene capacidad para almacenar el agua acumulada.
Por otro lado, las represas ubicadas en el río Iguazú sí tuvieron que abrir sus compuertas porque sus embalses ya llegaron al límite, lo que aumentó el caudal de este río y, a su vez, afectó al Paraná en la zona que va desde la confluencia de ambos ríos hasta la central de Itaipu. Este fenómeno genera un leve represamiento y un aumento temporal de los niveles aguas abajo de la represa.
Sin mayores afectaciones
Según los pronósticos más recientes, este aumento en los niveles del Paraná no debería causar problemas significativos en las zonas cercanas. Se espera que el río vuelva a sus niveles normales en los próximos días.
Mientras tanto, Itaipu convocó a la Comisión Especial de Crecidas (CEC) para analizar la situación y definir estrategias de operación que minimicen los impactos aguas abajo. También aseguraron que seguirán informando a la población sobre cualquier cambio a través del Boletín Hidrológico, disponible en su página web oficial.
Esta situación refuerza la importancia de la coordinación entre las represas y la gestión adecuada de los caudales para evitar complicaciones mayores en periodos de lluvias intensas.



