El inicio del año escolar es un momento ideal para cuidar la salud visual de los niños, ya que una buena visión es fundamental para su desarrollo y aprendizaje. Se recomienda realizar un control oftalmológico anual desde el nivel inicial hasta la adolescencia para detectar y corregir problemas a tiempo.
Durante los primeros años de vida, el cerebro aprende a interpretar las imágenes que reciben los ojos. Para ello, ambos deben captar imágenes claras y enfocadas al mismo tiempo. El periodo entre el nacimiento y los 9 años se considera crítico para el desarrollo visual. Si existen alteraciones y no se corrigen a tiempo, pueden afectar permanentemente la visión.
Cualquier problema visual no tratado en esta etapa puede reducir la agudeza visual, lo que podría llevar a discapacidad visual o incluso ceguera, dependiendo de su intensidad y duración. Un ejemplo de esto es la ambliopía, una de las principales causas de pérdida de visión en un ojo. Sin embargo, si se detecta a tiempo, es posible corregirla.
Señales de alerta para una consulta oftalmológica
Si un niño presenta alguno de estos síntomas, es importante acudir al especialista:
Dolores de cabeza frecuentes.
- Dificultad para ver la pizarra, entrecerrando los ojos.
- Uso de los dedos para guiarse al leer.
- Párpados caídos o desvío de los ojos.
- Pupilas blancas o movimientos oculares anormales.
- Diferencia de tamaño entre los ojos.
- Se acerca mucho a la pizarra o los libros.
- Se frota los ojos con frecuencia.
- Dificultad para tomar objetos con precisión.
- Enrojecimiento o lagrimeo constante.
Si el niño usa lentes, es esencial un control anual para ajustar la receta en caso de cambios.
Uso de pantallas digitales en niños
El uso excesivo de dispositivos digitales puede afectar la salud visual. Según las recomendaciones del Ministerio de Salud, se sugiere:
- 0 a 2 años: evitar la exposición a pantallas.
- 2 a 5 años: máximo de 30 minutos a 1 hora al día con supervisión.
- 7 a 12 años: hasta 1 hora diaria.
- Más de 12 años: no más de 2 horas al día, con pausas cada 20 minutos.
El chequeo oftalmológico es la única forma de detectar problemas visuales a tiempo y evitar complicaciones que puedan afectar el desarrollo del niño. Un diagnóstico temprano puede hacer la diferencia en su calidad de vida y rendimiento escolar. Estas recomendaciones han sido establecidas por el Ministerio de Salud para garantizar una adecuada salud ocular en los niños.



