La Cámara de Diputados acaba de aprobar un ajuste salarial para los docentes de la Universidad Nacional del Este (UNE), lo que ha sido presentado como un logro histórico. La diputada Rocío Abed, principal impulsora de este cambio, expresó su satisfacción, diciendo: “Por fin estamos llegando a concretar este proyecto, sé de la lucha de la Universidad Nacional del Este”. Tras casi una década de espera, unos 758 docentes, incluyendo 104 nuevos cargos de profesor asistente, verán una mejora en sus salarios.
Este ajuste se cubrirá con recursos del tesoro público, lo que trae el desafío de hacer que este gasto sea manejable a largo plazo sin quitar fondos de otros programas. “Estamos hablando de un presupuesto ¿para qué? Para que estos docentes […] hoy puedan tener este reconocimiento, que les corresponde conforme el escalafón docente”, dijo la diputada Abed. Esto plantea una pregunta clave: ¿será sostenible este cambio, o solo es un logro momentáneo?
Además de la mejora salarial, este ajuste podría atraer y retener a buenos profesores, lo cual es clave para mejorar la calidad de la enseñanza en la UNE. Como mencionó la diputada, “me embarga la emoción porque sé de la lucha de la Universidad Nacional del Este”. Reconocer el trabajo de estos docentes es un paso que muchos ven como necesario para elevar el nivel educativo en esta universidad.
La UNE podría estar marcando un precedente. Pero, ¿podrán otras universidades lograr algo similar? Comparar los recursos destinados a otras instituciones públicas ayudaría a entender si estamos ante un compromiso serio con la educación superior en todo el país, o si es solo un caso especial para la UNE.
