MINGA GUAZÚ. Pobladores de este distrito, cansados de pagar G. 36.000 diarios en el peaje de Tape Porã, exigen a las autoridades que habiliten en condiciones transitables la denominada Calle 2000, como alternativa real a la ruta PY02. Esta vía corre paralela desde el kilómetro 14 hasta su salida a la ruta PY06. Además del alto costo del peaje, los usuarios critican el mal estado del asfalto, con múltiples deficiencias que no justifican el cobro actual.
En medio del hartazgo y la frustración, vecinos del Km 30 volvieron a levantar la voz para exigir algo que consideran justo: el asfaltado de la Calle 2000, que les permitirá evitar el pago del peaje y llegar a sus lugares de trabajo sin que eso les resulte una carga económica insostenible.
La reiteración del pedido surge en un momento en que circulan versiones de que Tape Porã planea nuevamente un aumento del peaje. El enojo crece entre los usuarios frecuentes, especialmente entre quienes perciben el salario mínimo y deben desembolsar hasta G. 36.000 por día solo para ir a trabajar.
En ese contexto, la Calle 2000 aparece como una solución concreta, pero también como un ejemplo del abandono de las autoridades municipales. Basurales, tramos intransitables y promesas incumplidas resumen el estado actual de esta calle. Los pobladores recuerdan que hace cinco años, una comisión vecinal logró algunas mejoras entre los Km 14 y 16, y ahora quieren replicar ese esfuerzo hasta el Km 30. Sin embargo, se topan con el silencio de las autoridades.
Incluso se habla de que Tape Porã, al sentirse amenazada por una eventual baja en su recaudación, estaría frenando el avance del proyecto dentro del MOPC. Ninguna institución lo confirma ni lo desmiente, pero mientras tanto, la comunidad sigue esperando.
El asfaltado de la Calle 2000 no solo es una necesidad vial, sino también una cuestión de dignidad para miles de personas que sienten que sus autoridades les dan la espalda. Cansados de esperar, los vecinos anuncian nuevas movilizaciones y aseguran que no dejarán de insistir hasta que sus reclamos sean escuchados. La paciencia se agota, pero la lucha continúa.