BRASILIA / FOZ DE IGUAZÚ. El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva decidió revocar parcialmente el decreto que aumentaba el Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF), luego de recibir duras críticas del sector financiero y tras una reacción negativa generalizada en el mercado. La medida buscaba recaudar hasta R$ 40 mil millones en 2026, pero ahora queda en duda cuánto podrá efectivamente percibir el Estado brasileño.
Uno de los puntos más polémicos y que fue finalmente anulado es el que fijaba una tasa del 3,5 % a las remesas enviadas al exterior por fondos de inversión. Actualmente, ese tipo de transferencia no paga ningún impuesto, por lo que el salto impositivo era considerado desproporcionado por inversores y gestores financieros.
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En lo que respecta al comercio y al mercado cambiario en la frontera con Paraguay, como en Ciudad del Este y Foz de Iguazú, la medida revocada afecta principalmente a grandes inversionistas brasileños y no directamente al consumidor común ni al turista de compras.
Sin embargo, el escenario aún genera incertidumbre, ya que sigue vigente la intención del Ministerio de Hacienda de aumentar la recaudación a través de ajustes en el IOF. Esto podría derivar en nuevas propuestas impositivas que sí impacten en operaciones con tarjetas o compras en el exterior, que son las que más afectan al movimiento en la frontera.
Desde el Ministerio de Hacienda de Brasil explicaron que la decisión de revocar parte del decreto es una muestra de que el gobierno está dispuesto a “corregir rumbos” cuando una medida no tiene el efecto esperado. «Este es un ajuste hecho con equilibrio, escuchando al país», señaló un comunicado oficial.
La marcha atrás fue definida tras una reunión urgente en el Palacio del Planalto entre ministros clave y asesores económicos. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, no estuvo presente, ya que se encontraba fuera de la capital.